Demencia Senil

Introduce aquí el subtítular

¿Qué es?

La demencia senil es un término que concentra la disminución del funcionamiento intelectual que interfiere en las funciones cotidianas y que afecta, de forma completa o parcial, a dos o más capacidades del paciente, como la memoria, el lenguaje, la percepción, el juicio o el razonamiento.

Causas

En términos generales, la demencia suele ocurrir a una edad avanzada, entendiendo ésta a partir de los 60 años. Por lo que el envejecimiento supone uno de los factores de riesgos más significativos.

En la mayoría de los casos, la demencia es una enfermedad de carácter degenerativo y, por lo tanto, irreversible. Por ello, las funciones o capacidades que se pierdan no podrán volver a ser recuperadas por el paciente.

Como excepción, existen algunas causas de la demencia que, si son detectadas a tiempo, pueden ser reversibles.

Éstas son, por ejemplo, algunas lesiones cerebrales, tumores en el cerebro, cambios en los niveles de glucosa, calcio o sodio (en estos casos la demencia se considera de origen metabólico), o niveles bajos de vitamina B 12 en sangre. 

Dentro de las causas que pueden provocar la demencia están:

  • La enfermedad de Huntington: Trastorno en el que determinadas partes del cerebro se degeneran. Es una enfermedad que se transmite de padres a hijos.

  • Lesiones cerebrales.

  • Esclerosis múltiple: Enfermedad autoinmunitaria que afecta al cerebro y a la médula espinal.

  • Parkinson: Afección en la que las células que ayudan a controlar el movimiento y la coordinación se van degenerando. La enfermedad provoca temblores y dificultad para moverse o andar.

  • Parálisis supranuclear progresiva: Trastorno que provoca dificultad en el movimiento debido a un daño producido en las neuronas.

  • Infecciones como sida, sífilis o la enfermedad de Lyme. 

Síntomas

Los síntomas de la demencia abarcan muchos aspectos de las funciones mentales del paciente. En términos generales, se puede ver afectado el comportamiento emocional o de la personalidad, el lenguaje, la memoria, la percepción y el pensamiento o juicio.

Previamente a presentarse la enfermedad, la persona sufre un deterioro cognitivo leve (DCL) que incluye la dificultad para realizar varias tareas a la vez, para resolver problemas o para tomar decisiones.

Además, dificulta el recuerdo de hechos o conversaciones recientes y la agilidad mental se ve disminuida.

A medida que el trastorno empeora, los síntomas se agravan también y también pueden aparecer:

  • Pérdida de habilidades sociales y cambios de personalidad, lo cual lleva a comportamientos inapropiados en público y, a veces, agresivos.

  • Problemas a la hora de comunicarse, ya que el paciente presenta dificultad para recordar el nombre de objetos familiares. A esto se une la pérdida del sentido de la orientación por lo que la persona puede perderse con asiduidad y no encontrar objetos.

  • Aumento de la dificultad para memorizar o realizar actividades que requieran pensar.

  • El paciente pierde su capacidad de juicio y no es capaz de determinar la peligrosidad de sus acciones.

  • Se producen cambios en el patrón del sueño, lo que aumenta el riesgo de sufrir alucinaciones, delirios y es posible que este cuadro sintomático lleve a la depresión.

En los casos más graves, los pacientes con demencia ya no son capaces de realizar actividades básicas, tales como comer, bañarse o vestirse. Es posible que sean incapaces de reconocer a familiares cercanos o de entender el lenguaje.

Tipos

Existen varios tipos de demencia, pero las más comunes son:

  • Enfermedad de Alzheimer: Es la forma más común de demencia entre las personas mayores. Suele afectar a las partes del cerebro que se encargan del pensamiento, la memoria y el lenguaje.
  • Demencia vascular: Es aquella que se produce después de un problema grave de carácter cerebrovascular (ictus) a lo largo de un periodo de tiempo prolongado y es el segundo tipo de demencia más común. 

Diagnóstico

Para diagnosticar la demencia, el especialista llevará a cabo las siguientes pruebas con carácter genérico:

  • Un examen físico completo, revisando, sobre todo, el funcionamiento del sistema nervioso.

  • El médico llevará a cabo preguntas acerca de la historia clínica y la sintomatología.

  • Examen de la función mental del paciente para determinar si tiene alguna capacidad afectada o disminuida.

Tratamientos

Para tratar la enfermedad, es preciso conocer cuáles son los factores causantes e intentar erradicarlos o controlar sus síntomas.

En algunas ocasiones, los medicamentos para tratar la demencia pueden empeorar la situación del paciente, por lo que se pueden llevar a cabo suspensión o cambios de los mismos.

En general, pueden tratarse los daños colaterales que se produzcan (anemia, infecciones o trastornos nutricionales), o disminuir el ritmo al cual empeoran los síntomas a través de fármacos, pero en el segundo caso, los cambios suelen ser imperceptibles.

Por último, se puede iniciar una terapia para ayudar en el comportamiento del paciente, su pérdida de juicio o las confusiones que padece.

Una persona con esta enfermedad requerirá de apoyo en el hogar, el cual deberá aumentar a medida que la patología empeora.

Una de las cosas que se hace es la orientación a la realidad y estimulación cognitiva

La terapia de orientación a la realidad es un grupo de técnicas incluidas en las terapias no farmacológicas y que frecuentemente se utilizan en personas con la enfermedad de Alzheimer u otras demencias. Es una técnica que permite reorientar a la persona en el tiempo (orientación temporal), el espacio (orientación temporal) y respecto a su propia persona (orientación personal). 

¿Cuáles son sus objetivos?

Normalmente en esta terapia se conectan sucesos y experiencias vividas por la persona con sucesos actuales. Se parte de la historia de la persona para poder conectar con la actualidad. Así, se consiguen reaprender hechos de sí mismos y de su entorno. Se pretende situar en la realidad y el presente mediante diferentes herramientas, por ejemplo se pueden utilizar periódicos y comentar las noticias actuales.

Los objetivos de la terapia de orientación a la realidad son:

  • Intervenir en la desorientación y la confusión para tratar de aumentar o mantener la autonomía, disminuyendo el riesgo de una desconexión personal.
  • Fomentar las habilidades sociales, la comunicación, la interacción o de escucha de las opiniones de los otros y de las propias.
  • Evitar la desconexión social, manteniendo relación con el entorno y potenciando las relaciones sociales.

¿Qué métodos pueden utilizarse?

Generalmente se realizan diferentes actividades que trabajan los aspectos cognitivos como la memoria, el lenguaje y la orientación (ejercicios de memoria, deambulación guiada, realización de actividades de la vida diaria de forma guiada también, etc). Para poner esta terapia en práctica existen distintos modelos. A continuación os comentamos dos específicos:

  1. Orientación a la realidad de 24 horas. Es la "versión" informal de la terapia. Consiste en ofrecer orientación a lo largo del día. Organizar las actividades diarias de tal manera que se recuerde por ejemplo el día y la hora qué es. Así disminuyen las situaciones de desorientación y la ansiedad que pueda aparecer. En el domicilio habitual pueden colocarse carteles en las puertas de las habitaciones indicando de qué cuarto se trata o calendarios que señalen las actividades de la persona.
  2. Orientación a la realidad en sesiones. Se trabaja de manera formal y se ofrecen distintas sesiones individuales o grupales de unos 30 a 60 minutos. En estas sesiones se realizan actividades que orientan a la persona, la sitúan en su entorno. Además se ponen en práctica ejercicios de estimulación cognitiva. Según el estado de los asistentes serán sesiones básicas, estándar o avanzadas. Así mismo, se utilizarán ciertos recursos como la historia de vida, datos importantes de la persona o repaso del tiempo o reminiscencias (reactivar el pasado y mantener la identidad).

La terapia de orientación a la realidad debe ponerse en práctica con personas con deterioro leve o moderado debido a que es más efectiva. También es fundamental tener en cuenta si la persona reside en el hogar o en un centro residencial. Por tanto, es fundamental evaluar el nivel de deterioro y el lugar de residencia para así seleccionar adecuadamente a los usuarios de la terapia y el modo de ponerla en práctica. Así mismo, es importante tener en cuenta otros aspectos como la situación familiar de cada persona, las noticias de actualidad, las celebraciones destacadas o las actividades habituales, entre otros.

También se trabaja la psicomotricidad fina y gruesa. 

·Motricidad gruesa: Referida a la coordinación de movimientos amplios, como: rodar, saltar, caminar, correr, bailar, etc. Sus primeros indicios en el desarrollo del bebé los podemos situar en: "levantar y sostener la cabeza", "girarse en la cama", "sentarse", "arrastrarse", "gatear", "andar","subir escaleras", "alternar las piernas al andar o subir escaleras", etc...

·Motricidad fina: Implica movimientos de mayor precisión que son requeridos sobre todo en tareas donde se utilizan de manera simultanea el ojo, mano, dedos como por ejemplo: rasgar, cortar, pintar, colorear, enhebrar, escribir, etc). Las primeras señas de su incipiente desarrollo podemos verlas en "agarrar objetos grandes", "encajar objetos grandes", "pinza digital", "coger objetos y llevarlos a la boca", "garabateo", etc...


¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar