Drogas Legales

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Drogas legales son aquellas sustancias con efectos psicoactivos que son permitidas, no siendo su uso penado por ley a pesar de conocerse sus posibles efectos. Este estatus legal puede referirse a su uso a nivel recreativo o bien a estar pensados para otros usos, que no incluyen su consumo para lograr alterar la psique, y por los cuales se considera algo permitido.

Eso sí, que sean legales no quieren decir que no supongan peligro, siendo el mal uso y/o el abuso de ellas muy peligrosas y dañinas para la salud y pudiendo llegar a generar enfermedades graves o incluso provocar la muerte.

Son drogas intoxicantes que son completamente legales por la ley. La más común es el alcohol -legal en la mayoría de países- pero una amplia variedad de otras drogas no están prohibidas por muchas jurisdicciones internacionales: pueden variar desde las plantas intoxicantes usadas historicamente por las culturas indígenas hasta las drogas de diseño que no han sido definidas como ilegales, o incluso medicinas que tienen efectos anestésicos o intoxicantes.

Según la Organización Mundial de la Salud, droga es un término que se utiliza en medicina para hacer referencia a toda sustancia con potencial para prevenir o curar una patología. 

Los Diferentes Tipos de Drogas Legales:


1. Alcohol

Probablemente, la droga más utilizada y aceptada socialmente hasta el punto de formar parte de una gran variedad de culturas. El alcohol o etanol es una sustancia de tipo depresor, que disminuye la activación del sistema nervioso y que es consumida por todo tipo de personas, generalmente a partir de la adolescencia.

Inicialmente tiene un efecto euforizante y relajante, así como en algunas personas cierta desinhibición, pero posteriormente el tono general disminuye y aparecen síntomas como visión borrosa, hipotonía y debilidad muscular o problemas para focalizar la atención o inhibir conductas emocionales extremas. Un consumo excesivo y abusivo puede llevar a hipoglucemias, mareos, vómitos, coma o incluso la muerte.

Asimismo puede generar dependencia con gran facilidad (especialmente debido a su aceptación social), así como síndromes de abstinencia con potencial mortal. Es habitual que en personas alcoholicas aparezcan cirrosis, problemas renales y hepáticos e incluso deterioro cognitivo y funcional.

2. Nicotina

El tabaco es otra de las drogas mas consumidas mundialmente y, aunque la legislación de muchos países prohíbe fumar en determinados espacios, el propio hecho de fumar o comercializar productos con nicotina (especialmente tabaco) no está prohibido. Se trata de una sustancia que tal vez pueda parecer relajante para fumadores experimentados, pero en realidad es un psicoestimulante cuyo principal mecanismo de acción es sobre la acetilcolina.

Si los fumadores de larga duración lo encuentran relajante es porque su consumo a largo plazo termina por bloquear dicho neurotransmidor. Genera una gran cantidad de problemas, siendo especialmente relevantes los pulmonares (destacan el cáncer de pulmón y la EPOC) y cardiorrespiratorios.

Estamos ante una sustancia que genera dependencia (de hecho es la principal encargada de que el tabaco genere dependencia física) y síndrome de abstinencia, como probablemente sabrán las personas que han intentado dejar de fumar.

3. Opioides

Los opioides son agentes exógenas que se unen a los receptores opioides del sistema nervioso central de las personas. Estas sustancias se acoplan a las estructuras cerebrales relacionadas con el dolor. Por este motivo, se han diseñado múltiples fármacos con estas características.

Medicamentos como el vicodin, el oxycontin, el percocet o la morfina son algunos de los opioides más utilizados hoy en día. Sin embargo, su uso puramente medicinal está en entredicho hoy en día. El potencial adictivo de los opioides es muy elevado, motivo por el cual su consumo médico puede conducir al abuso.

De hecho, en Estados Unidos el consumo de opioides incrementa a diario, y el número de personas fallecidas por sobredosis de estas sustancias es en la actualidad un grave problema de salud. Así pues, los opioides constituyen fármacos necesarios en algunos casos de dolores extremos. Sin embargo, se debe ser muy cauto con su consumo, ya que las consecuencias estas sustancias pueden resultar devastadoras.

4. El grupo de las xantinas: cafeína, teobromina, teofilina

Si bien poca gente las considera como drogas, lo cierto es que se trata de sustancias que generan una alteración en la química cerebral que tiene efectos sobre la conducta de modo que sí se pueden considerar como tales. Se trata de sustancias de efecto estimulante, generalmente generando un aumento de la activación cerebral. Eso sí, sus efectos son mucho menores a los de otras sustancias, necesitándose de grandes cantidades para poder llegar a ser peligrosas.

La cafeína es probablemente la más conocida como tal, siendo su consumo a través del café la más frecuente. Aunque no se suele considerar la existencia de dependencia como tal, sí se observa que para algunas personas es una sustancia adictiva y a la cual el cuerpo genera tolerancia, pudiendo llegar a provocar cierto síndrome de abstinencia. Una intoxicación es difícil de alcanzar, pero es posible con consumos masivos (a partir de seis tazas de café empieza a ser peligroso).

Además del café hay que tener en cuenta que también puede encontrarse en una gran cantidad de refrescos que aunque quizás en menor medida también generan una elevada.

En cuanto a la teobromina y la teofilina, posiblemente pocas personas sepan a qué nos estamos refiriendo. Sin embargo, se trata de componentes que están presentes en el té y en el chocolate y que generan un aumento de la activación cortical y de los niveles de energía.

5. Sustancias volátiles

Estamos ante sustancias que son legales debido a que su uso original no se vincula al consumo o administración de la sustancia como tal en el organismo. El nombre de volátiles se debe a que la vía de administración suele ser inhalada o aspirada. Se trata de sustancias como el pegamento, la gasolina, anestésicos o cetonas, que algunas personas usan con el fin de notar efectos psicoactivos, generalmente de tipo depresor.

Son sustancias con bajo potencial adictivo, pero proclives a abusos que pueden generar graves daños entre otros en hígado, columna vertebral, musculatura y sistema nervioso. También facilita la aparición de comportamientos agresivos.

6. Sustancias volátiles

Estamos ante sustancias que son legales debido a que su uso original no se vincula al consumo o administración de la sustancia como tal en el organismo. El nombre de volátiles se debe a que la vía de administración suele ser inhalada o aspirada. Se trata de sustancias como el pegamento, la gasolina, anestésicos o cetonas, que algunas personas usan con el fin de notar efectos psicoactivos, generalmente de tipo depresor.

Son sustancias con bajo potencial adictivo, pero proclives a abusos que pueden generar graves daños entre otros en hígado, columna vertebral, musculatura y sistema nervioso. También facilita la aparición de comportamientos agresivos.

7. Esteroides anabólicos

Los esteroides anabólicos son variaciones sintéticas de la testosterona. Se utilizan para tratar los efectos secundarios de la testosterona baja y para ayudar a construir masa muscular en hombres que padecen enfermedades graves como cáncer o sida.

No obstante, durante los últimos años se está masificando el uso de estas sustancias entre personas sanas que quieren incrementar su rendimiento físico.

Además, los esteroides anabólicos presentan componente adictivos, por lo que su consumo se puede volver peligroso. Realizar un abuso prolongado de estas sustancias puede ocasionar cambios severos de humor, irritabilidad, paranoia y comportamiento agresivo.

8. Codeína

La codeína es un alcaloide que se encuentra de forma natural en el opio. Esta sustancia se utiliza con fines terapéuticos gracias a sus propiedades sedantes, analgésicas y antitusígenas.

Su composición es muy similar a la morfina, por lo que resulta una sustancia altamente adictiva.

Muchos medicamentos fácilmente accesibles, como por ejemplo los jarabes para la tos, presentan composiciones más o menos elevadas de codeína. Por lo que resulta conveniente tomar con precaución este tipo de fármacos.

9. Ambien

El ambien es uno de los fármacos más utilizados en la actualidad para combatir el insomnio y ayudar a las personas a dormir. Sin embargo, tal y como sucede con muchos psicofármacos, el ambien resulta altamente adictivo.

Por este motivo, muchas personas que empiezan a utilizar este medicamento acaban desarrollando dependencia al ambien para dormir.

Además, el abuso de este fármaco puede reportar efectos secundarios. La ansiedad y el sonambulismo parecen ser los más prevalentes.

10. Estimulantes vegetales

Otros estimulantes vegetales parecidos al café pueden producir una elevada alteración del funcionamiento psicológico de las personas.

De hecho, sustancias como el té, el mate, el cacao, el guaraná, el betel, el cato o la bebida de cola resultan altamente psicoactivas.

Estas drogas realizan una clara función estimulante en el cerebro. Esto quiere decir que incrementan la actividad neuronal y aporta sensaciones de energía y vitalidad a la persona que las consume.

Por lo general, el componente adictivo de los estimulantes vegetales no es muy elevado, por lo que se pueden consumir sin acabar desarrollando adicción hacía ellos.

No obstante, esto no quiere decir que no puedan acabar provocando adicción, y que muchos consumidores acaben dependiendo de estas sustancias.

Cuando esto sucede, el consumo de estimulantes vegetales suele incrementar y la persona puede empezar a abusar de ellos. El uso excesivo e impulsivo de estas sustancias puede resultar dañino tanto para el estado físico como para el funcionamiento psicológico de la persona.

11. Metadona

La metadona es un opioide sintético que se utiliza para tratar el dolor. Además, este fármaco se usa de forma frecuente para ayudar en el proceso de desintoxicación a personas dependientes de otros opioides, especialmente la heroína.

La metadona se puede obtener fácilmente a través de su marca comercial dolofina, y a pesar de que se utilice como tratamiento para la desintoxicación, también puede generar efectos perjudiciales para la salud.

De hecho, la metadona, tal y como sucede con todos los opioides, es una sustancia altamente adictiva. Por este motivo puede generar adicción, intoxicación e incluso provocar la muerte.

12. Fármacos para el TDAH

El trastorno de déficit de atención con hiperactividad es una de las psicopatologías que más se diagnostica durante los últimos años. Junto a este fenómeno, los fármacos diseñados para tratar la enfermedad también han incrementado recientemente.

En la actualidad se encuentra disponible una gran variedad de medicamentos como el Ritalin, el Adderall o el Concerta. Estos psicofármacos se caracterizan por producir efectos estimulantes en el sistema nervioso central.

El componente adictivo de estos medicamentos es elevado, por lo que durante los últimos años se han presenciado numerosos casos de abuso y consumo adictivo de estas sustancias.

Así mismo, el consumo compulsivo de estos fármacos provoca consecuencias negativas para la salud. Puede ocasionar alucinaciones, alteraciones del ritmo cardíaco, obsesiones, paranoias e insomnio.

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