Farmacos
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¿En que cosiste el abuso de Farmacos?
El abuso de medicamentos de prescripción es el uso de un medicamento sin la receta médica correspondiente, de una manera
distinta a la prescrita, o para lograr la experiencia o los sentimientos que provoca. De acuerdo con varias encuestas nacionales, los
medicamentos de prescripción, como los utilizados para tratar el dolor,
los trastornos de déficit de atención y la ansiedad, se están abusando
entre los consumidores de drogas ilícitas a una tasa sólo superada por
la marihuana. Las consecuencias de este abuso han ido en constante
deterioro, lo que se refleja en el aumento de las admisiones a tratamiento, las visitas a salas de emergencia y las muertes por sobredosis
Debemos constatar que los medicamentos son un problema más grave que las drogas ilegales. La venta de medicamentos, en el proceso de envejecimiento es absolutamente destructivo y son factores que desencadenan muchas muertes prematuras. Por un lado, los médicos, a base de tener que dedicar no más de tres minutos a cada paciente, sólo les da tiempo a rellenar una receta. Por otra parte, las prebendas y comisiones que reciben de la industria farmacéutica son demasiado tentadoras. El hecho indiscutible es que las farmacias y en especial los laboratorios fabricantes de medicinas son lisa y llanamente negocios con la única finalidad de vender productos que den beneficios.
Según la industria farmacéutica vivimos en una sociedad que aumenta el número de enfermedades. O dicho de otro modo, cuantas más enfermedades padezca la sociedad, mayor negocio. La estrategia comercial necesita crear nuevas enfermedades a las que poder ofrecer alivio y ciertos procesos normales como el embarazo, el parto, la infelicidad, el cansancio, la ansiedad o la muerte tienen siempre un producto o fármaco a su servicio. Así pocas personas escapan a la "necesidad" de pasar por la farmacia. Toda circunstancia física, mental o espiritual se convierte en un síntoma que podemos eliminar o aliviar con un producto farmacéutico, sean unos kilos de más, una época de cierta ansiedad por una situación laboral o familiar tensa, sea prepararnos para tomar el sol del verano, los rigores del invierno, las alergias de la primavera o la tristeza del otoño, todo tiene un supuesto remedio en la farmacia.
ABUSO DE FÁRMACOS:
El abuso de medicamentos recetados es el uso con fines no previstos por el profesional de salud que los recetó. El abuso de medicamentos recetados o su uso problemático comprende desde tomar un analgésico de tu amigo para el dolor de espalda hasta inhalar o inyectarte píldoras molidas para drogarte. El abuso de drogas puede hacerse crónico y compulsivo, a pesar de las consecuencias negativas.
El abuso de medicamentos recetados, un problema cada vez mayor, y los medicamentos recetados de los que se abusa con más frecuencia son los siguientes:
- Los opioides que se usan para tratar el dolor.
- Los medicamentos ansiolíticos y sedantes, que se usan para tratar trastornos de ansiedad y del sueño.
- Los estimulantes, que se usan para tratar el trastorno de hiperactividad-déficit de atención y algunos trastornos del sueño.
Dependencia física y adicción
Debido a que los medicamentos recetados que suelen ser consumidos de manera indebida activan el sistema de recompensa del cerebro, es posible desarrollar dependencia física y adicción.
- Dependencia física. La dependencia física (también denominada tolerancia) es la respuesta del cuerpo al consumo prolongado. Es posible que las personas que dependen físicamente de un medicamento necesiten dosis mucho más altas para conseguir los mismos efectos y experimenten síntomas de abstinencia al reducir o interrumpir el medicamento de forma repentina. La dependencia física también puede volverse evidente si se detiene de forma repentina un medicamento al que el cuerpo se adapta con el tiempo, incluso sin cambio de dosis.
- Adicción. Las personas que son adictas a un medicamento pueden tener dependencia física, pero también lo buscan de forma compulsiva y siguen usándolo incluso cuando este causa problemas importantes en sus vidas.
La utilización reiterada, y muchas veces sin control médico estricto, de las benzodiacepinas o los analgésicos derivados de los opiáceos puede arrastrar a algunas personas, predisponentes a nivel psíquico y vulnerables a nivel biológico, a padecer una enfermedad adictiva a estas sustancias. No es de extrañar, puesto que se trata de medicamentos que, pese a que tienen un beneficio médico avalado por la comunidad científica para paliar enfermedades o trastornos, conllevan un elevado poder adictivo porque, además de mitigar el dolor o la ansiedad, proporcionan al paciente muy rápidamente y de forma intensa sensaciones de bienestar y placer.
La ingesta de fármacos puede producir en el organismo, independientemente de la acción terapéutica para los que han sido desarrollados, ciertas consecuencias en nuestro bienestar físico y psicológico son:
- Tolerancia
- La dependencia
- El síndrome de abstinencia
La tolerancia se produce cuando una persona consume una droga de una forma continuada y su organismo se habitúa a ella. Como consecuencia, se desarrolla un proceso psícológico y físico que hace necesario aumentar la dosis de forma progresiva para conseguir los mismos resultados o efectos. También hablamos de tolerancia como la cualidad de una sustancia de que con el uso continuado y con la misma dosis, produce un efecto cada vez menor.
Por otro lado, la dependencia física es el estado de adaptación del organismo que necesita un cierto nivel de presencia del fármaco o sustancia para funcionar normalmente; la dependencia psicológica es el estado de adaptación que impulsa a la persona a consumir una nueva dosis para experimentar los efectos del placer y/o evitar el malestar derivado de la privación, y por último, la dependencia social se manifiesta como la necesidad de consumir una sustancia como manifestación de pertenencia a un grupo social que nos proporciona signos de identidad.
En último lugar, el síndrome de abstinencia es el conjunto de síntomas y signos de malestar de carácter físico y psíquico que aparecen cuando se interrumpe o disminuye de forma importante la administración del fármaco o sustancia a la que la persona había desarrollado una dependencia ( en lenguaje vulgar o coloquial se conoce como "mono"). El inicio, la duración y la intensidad del cuadro dependerán de la sustancia administrada, de las dosis consumidas y del tiempo transcurrido desde la última dosis.Queremos recordaros que la mejor manera de evitar estos fenómenos, los cuales suelen ser señales del comienzo de una adicción, es seguir los consejos e indicaciones que os ofrezca vuestro médico, que ajustará la dosis de la manera más adecuada a vuestras características personales.
Los medicamentos más adictivos:
Derivados del opio
Son medicamentos que alivian el dolor. Reducen la intensidad de las señales de dolorque llegan al cerebro y afectan las áreas del cerebro que controlan las emociones, lo que disminuye los efectos de un estímulo doloroso.
- Morfina: Medicamento con gran poder analgésico, se usa para tratar los dolores muy fuertes y suele utilizarse en cirugías. La adicción se produce porque se une a los receptores opiáceos del dolor produciendo un estado de bienestar en el paciente. Se necesita receta y se dispensa en viales intramusculares.
- Fentanilo: También actúa sobre los receptores opiáceos del dolor y de ahí su gran poder analgésico. Se usa en el tratamiento del dolor crónico y normalmente se aplica con parches transdérmicos. Se necesita una receta específica para estupefacientes.
- Tramadol: Es un analgésico opiáceo. Se usa en comprimidos para tratar el dolor pero no necesita la receta específica de estupefacientes, por lo que es de más fácil acceso para el paciente.
- Codeína: Es un derivado opiáceo pero tiene efecto antitusígeno, por lo que es útil contra la tos seca. Es de fácil adquisición en las farmacias en forma de jarabe y comprimidos, por lo que puede haber mayor número de personas con esta adicción. Suele generar estreñimiento.
Son conocidos como sedantes o tranquilizantes, son sustancias que pueden disminuir la actividad cerebral. Esta propiedad hace que sean útiles para el tratamiento de los trastornos de ansiedad y del sueño.
- Diazepan: Es un ansiolítico de acción prolongada. Fue el primero del grupo con actividad hipnótica, anticonvulsivante, sedante y relajante muscular. Se dispensa en comprimidos y se recomienda utilizar como mucho 15 días.
- Lorazepan: Es un ansiolítico de acción corta. Tiene acción hipnótica, anticonvulsivante, sedante y relajante muscular. Se prescribe en comprimidos a personas mayores.
- Alprazolam: Ansiolítico de acción corta, a diferencia de los anteriores éste posee actividad antidepresiva. Todos necesitan receta médica y se presentan en forma de comprimidos.
Los estimulantes
En este caso actúan en el cerebro de manera similar a una familia clave de neurotransmisores cerebrales llamados monoaminas, que incluyen la norepinefrina y la dopamina. Los estimulantes aumentan los efectos de estas sustancias químicas en el cerebro.
- Metilfenidato: Es un estimulante débil del sistema nervioso central. Se usa para tratar el trastorno de hiperactividad con déficit de atención. Se usa en niños principalmente y en forma de comprimidos.
- Oximetazolina: Es un descongestionante nasal en formato inhalador de fácil adquisición en las farmacias sin receta médica. No se recomienda utilizar más de 3 días. Si se utiliza muchos días puede causar efecto rebote y necesitarlo siempre para respirar mejor (adicción).
- Cafeína: Produce estimulación cardiaca. Se emplea en comprimidos como antimigrañoso en combinación con otros analgésicos produciendo adicción a estos preparados. Son preparados de fácil adquisición en la farmacia.