Hipertensión Arterial
Introduce aquí el subtítular
¿Qué es?
La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en España. Sin embargo, la hipertensión es una patología tratable. Si no se siguen las recomendaciones del médico, se pueden desencadenar complicaciones graves, como por ejemplo, un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se controla adecuadamente.
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Esto se conoce con el nombre de arterioesclerosis.
Existen dos tipos de presión arterial alta:
- Hipertensión primaria (esencial)
En la mayoría de los adultos, no hay una causa identificable de presión arterial alta. Este tipo de presión arterial alta, denominada hipertensión primaria (esencial), suele desarrollarse gradualmente en el transcurso de muchos años.
- Hipertensión secundaria
Algunas personas tienen presión arterial alta causada por una enfermedad no diagnosticada. Este tipo de presión arterial alta, llamada hipertensión secundaria, tiende a aparecer repentinamente y causa una presión arterial más alta que la hipertensión primaria.
Causas
Aunque todavía no se conocen las causas específicas que la provocan, sí se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. Vamos a diferenciar dos tipos: No modificables: genética, sexo y edad; y Modificables: hábitos, ambiente y costumbres.
NO MODIFICABLES
- FACTORES GENÉTICOSLa predisposición a desarrollar hipertensión está vinculada a que un familiar de primer grado tenga esta patología. Cuando uno de nuestros padres, o ambos, son hipertensos, las possibilidades de desarrollar hipertensión se duplican.
- SEXOLos hombres tienen más predisposición a desarrollarla que las mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos se iguala. Esto se debe a que la naturaleza ha dotado a la mujer con unas hormonas que la protegen mientras está en la edad fértil (los estrógenos) y por ello tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres jóvenes que toman píldoras anticonceptivas tienen más riesgo de desarrollar una patología cardiaca.
- EDADTanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad.
MODIFICABLES
- SOBREPESOLos individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal.La frecuencia de la hipertensión entre los obesos, independientemente de la edad, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos con un peso normal. También es cierto, que la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.
- CAUSAS VASCULARESLas principales patologías vasculares que influyen son: Enfermedad renal poliquística.Enfermedad renal crónica.Tumores productores de renina.El síndrome de LiddleEstenosis de la arteria renal
- ENDOCRINOLÓGICASIncluyen desequilibrios hormonales exógenos y endógenos.
- ANTICONCEPTIVOSAproximadamente el 5 por ciento de las mujeres que toman anticonceptivos orales puede desarrollar hipertensión.
- AINELos fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tener efectos adversos sobre la tensión arterial.
- DROGAS Y TOXINAS:
- Alcohol.
- Cocaína.
- Ciclosporina,
- Tacrolimus.
- Fármacos antiinflamatorios no esteroides.
- Eritropoyetina.
- Medicaciones adrenérgicas.
- Descongestionantes que contienen efedrina.
- Remedios a base de hierbas que contienen regaliz.
- Nicotina.
- OTRAS ENFERMEDADES que pueden causar hipertensión:
- hipertiroidismo e hipotiroidismo,
- hipercalcemia,
- hiperparatiroidismo,
- acromegalia,
- apnea obstructiva del sueño
- y la hipertensión inducida por el embarazo.
Factores de riesgo
La presión arterial alta presenta muchos factores de riesgo, incluidos los siguientes:
- La edad. El riesgo de presión arterial alta aumenta con la edad. Hasta aproximadamente los 64 años, la presión arterial alta es más común en los hombres. Las mujeres son más propensas a desarrollar presión arterial alta después de los 65 años.
- Raza. La presión arterial alta es particularmente común entre las personas con ascendencia africana, la cual se desarrolla, a menudo, a una edad más temprana que en los blancos. Las complicaciones graves, como el accidente cerebrovascular, el ataque cardíaco y la insuficiencia renal, también son más comunes en personas con ascendencia africana.
- Antecedentes familiares. La presión arterial alta tiende a ser hereditaria.
- Tener sobrepeso u obesidad. Cuanto más pesas, más sangre necesitas para suministrar oxígeno y nutrientes a tus tejidos. A medida que aumenta el volumen de sangre que circula a través de los vasos sanguíneos, también lo hace la presión sobre las paredes arteriales.
- No hacer actividad física. Las personas inactivas tienden a tener una mayor frecuencia cardíaca. Cuanto más alto sea tu ritmo cardíaco, más esfuerzo debe hacer el corazón con cada contracción y más fuerte es la fuerza que se ejerce sobre las arterias. La falta de actividad física también aumenta el riesgo de sobrepeso.
- Consumo de tabaco. Fumar o masticar tabaco no solo eleva la presión arterial temporalmente, sino que los químicos del tabaco pueden dañar el revestimiento de las paredes arteriales. Esto puede hacer que las arterias se estrechen y aumente el riesgo de enfermedad cardíaca. El tabaquismo pasivo también puede aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca.
- Demasiada sal (sodio) en la dieta. Demasiado sodio en tu dieta puede hacer que el cuerpo retenga líquidos, lo cual aumenta la presión arterial.
- Muy poco potasio en la dieta. El potasio ayuda a equilibrar la cantidad de sodio en las células. Si no incluyes suficiente potasio en tu dieta o no retienes una cantidad suficiente de dicho potasio, se puede acumular demasiado sodio en la sangre.
Consumir demasiado alcohol. Con el paso del tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede dañar el corazón. Tomar más de un trago al día para las mujeres y más de dos tragos al día para los hombres puede afectar la presión arterial.
Si bebes alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos saludables, beber con moderación significa una bebida al día para las mujeres y dos bebidas al día para los hombres. Una bebida equivale a 350 ml (12 oz) de cerveza, 147 ml (5 oz) de vino o 44 ml (1,5 oz) de licor con graduación de 80 grados.
- Estrés. Los niveles altos de estrés pueden provocar un aumento temporal de la presión arterial. Si tratas de relajarte y comes más, consumes tabaco o tomas alcohol, puede que solo aumenten los problemas con la presión arterial alta.
- Ciertas afecciones crónicas. Ciertas enfermedades crónicas también pueden aumentar tu riesgo de presión arterial alta, como la enfermedad renal, la diabetes y la apnea del sueño.
Prevención

Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial.
Tratamientos
A la hora de tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones a realizar el paciente debe:
Mejorar los hábitos de vida:
- Llevar una dieta saludable
- Disminuir el consumo de calorías, de azúcares y grasas
- Aumentar la práctica de ejercicio físico.
Además, si el paciente es fumador, conviene que abandone ese hábito y si suele consumir alcohol, es aconsejable que lo reduzca considerablemente. En caso de que los cambios de los hábitos no funcionen, existen:
Tratamientos farmacológicos:
Son muy útiles para controlar la presión arterial. Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos casos esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para controlar la presión arterial.
